Nuevos desafíos en la era digital

¿Sabías que, según cifras de la Subtel, en Chile tenemos por sobre un 95% de conectividad móvil y las conexiones fijas por fibra óptica llegaron a un 65% de los hogares en el último año?

¿Sabías que, según cifras de la Subtel, en Chile tenemos por sobre un 95% de conectividad móvil y las conexiones fijas por fibra óptica llegaron a un 65% de los hogares en el último año?

¿Sabías que, según cifras de la Subtel, en Chile tenemos por sobre un 95% de conectividad móvil y las conexiones fijas por fibra óptica llegaron a un 65% de los hogares en el último año? La transformación digital y la adopción de tecnología en el día a día no es novedad, pero la pandemia nos trajo una aceleración jamás pensada en el mundo de la tecnología, que

nos permitió adelantar una década el desarrollo digital. Sin embargo, producto de esta transformación, se están produciendo brechas digitales que guardan relación con variables etarias, socioeconómicas, culturales, urbano-rurales, geográficas, entre otras, dado que, mientras algunos grupos de la población han logrado subirse exitosamente al carro de la digitalización, hay otros que se están quedando atrás.

Y la transformación digital no necesariamente significa algo complejo. Puede ser algo simple como pasar de un cuaderno a usar Microsoft Word, o algo más desarrollado cómo incorporar inteligencia artificial y machine learning en los procesos de una empresa. Dependerá pura y exclusivamente de nosotros y de la evolución que busque cada negocio. Por eso, es fundamental que seamos capaces de ir más allá de lo que nos entrega la robotización y reimaginar las tareas que deberá cumplir el capital humano para enfrentar el mundo de una manera distinta.

Es ahora el momento para potenciar el futuro de la tecnología e invertir en adopción digital y capacidades innovadoras, tanto en el ámbito productivo como en la educación, así como también empujar el desarrollo de la ciencia y la transferencia tecnológica. 

Proyectos como Conectividad para la educación 2030 aportan a reducir la brecha digital en nuestro país, ayudan a llevar conectividad a zonas donde no la hay, pero sobre todo enseñan a las comunidades el uso de las distintas herramientas que pueden facilitar su día a día. Los impulsan a desarrollar capacidades digitales y abrir su abanico de oportunidades. 

Y ese no es el único desafío que debemos afrontar. En lo que respecta al territorio comercial, sobre todo en las pequeñas empresas, donde sólo un 20% del millón de pymes que existen en Chile cuenta con sistemas de pago completamente automatizados, es importante fomentar la adopción tecnológica y la digitalización de los procesos. El primer paso es entender y hacer un diagnóstico de situación, para luego detectar problemas u oportunidades que herramientas digitales puedan solucionar. 

La tecnología es un habilitante, no es el fin, pero nos puede dar la capacidad de recuperarnos y transformarnos socialmente de una manera distinta para lograr una mejor calidad de vida para todos.